Me gusta mucho el punk rock, un género que la mayoría critica. Tengo una banda y toco con ellos desde hace ocho años. Siempre nos juntamos en la casa de un buen amigo para ensayar nuestros temas, y de vez en cuando pasa un triciclo con un megáfono incluido diciendo: "Churros, lleve su rico churro casera, no se puede quedar sin su churro. Llegaron los churros!!!". Como a mi me gusta mucho el dulce, siempre le he comprado a ese señor que tiene una manera muy graciosa para llamar a la clientela.
Demetrio Mamani Ayamari , proveniente de la región de Puno, llegó a Lima en el año setenta y ocho. Cuenta con veinte años de experiencia en la preparación de churros y su sazón supo cautivar a mis amigos y a mí. Nosotros siempre lo hemos conocido como "Churros Pietro", porque así era el nombre que tenía en la carretilla que pedaleaba.
Hoy ya no es "Pietro", hoy es "Demetrio" y es su propio jefe. Dejó de trabajar con Pietro hace un tiempo y ahora el mismo tiene su movilidad y no le rinde cuentas a nadie. Hoy don Demetrio sigue recorriendo las calles de San Juan de Lurigancho vendiendo ese churro humeante que fríe en el acto. Sale de lunes a domingo de cuatro a ocho de la noche.
Vende doscientos churros al día, y cada churro cuesta un sol. Comienza a preparar la masa de nueve de la mañana a tres de la tarde. Su secreto está en los insumos de primera calidad. Lo prepara con manteca, mantequilla, huevo, anís, levadura, azúcar y un toque de sal. El manjar que lleva adentro es otro de sus secretos.
El churro recién salido de la sartén lo baña en azúcar blanca y es una delicia para quienes lo comen. Lo conocen casi todos en la zona y cada vez que pasa por la casa de mi amigo y estamos ensayando, brindando o conversando, siempre compramos los churros a don Demetrio, ex "Pietro", que nos atiende con el carisma que lo caracteriza.
Si usted quiere probar este manjar y comprobar por sí mismo lo que escribo acá. Él recorre las zonas de Manco Inca, La Huayrona y San Hilarión, sea paciente, en cualquier momento escuchará su singular forma de promocionar sus churros y usted sabrá que llegó la hora de disfrutar un caliente churro.
Demetrio Mamani Ayamari |
Vende doscientos churros al día, y cada churro cuesta un sol. Comienza a preparar la masa de nueve de la mañana a tres de la tarde. Su secreto está en los insumos de primera calidad. Lo prepara con manteca, mantequilla, huevo, anís, levadura, azúcar y un toque de sal. El manjar que lleva adentro es otro de sus secretos.
Si usted quiere probar este manjar y comprobar por sí mismo lo que escribo acá. Él recorre las zonas de Manco Inca, La Huayrona y San Hilarión, sea paciente, en cualquier momento escuchará su singular forma de promocionar sus churros y usted sabrá que llegó la hora de disfrutar un caliente churro.
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